Conra Francis Alys

 
(Guión para cortometraje)
 
Sec 1. En pantalla leemos el siguiente texto sobre negro.
 
Mi novia admiraba mucho a Francis Alys. Corrijo. Mi ex novia admira mucho a Francis Alys. Secretamente me sentía celoso y lo criticaba a la menor provocación. Ella me amenazó diciéndome que, o me sensibilizaba al arte contemporáneo en general y al de Alys en particular, o las cosas iban a acabar mal; y así sucedió. Nos separamos. Pasaron muchos meses y yo casi me sentía curado, cuando hace unos diez días me enteré en internet, pozo sin fondo,  que se casa en Tepoztlán con ¡Francis Alys! Me sentí morir. Esa noche agarré una botella de Jerez y me emborraché. Juré acabar con la carrera de Francis Alys. No, no es cierto, jamás pensé semejante ingenuidad, por mi mente pasó una frase más modesta: «no se va limpio», la usábamos, la usaban mejor dicho, mis bravos compañeros en la secundaria cuando se avecinaba un combate a puños en el que se encontraban en clara inferioridad, la idea es que se iba a perder pero que el oponente se llevaría por lo menos un golpe. Algo así como el gol de la honra, algo como esa enigmática frase: me la metió pero se la cagué.
 
Sec 2. Int. Cuarto de azotea. Diversos papeles se amontonan en la pequeña mesa. Gabriel Rodríguez escribe en su computadora, luce furioso en mangas de camisa. El poco pelo revuelto, la rala barba de tres días. Durante toda la secuencia bebe y fuma.
 
 
Gabriel Voz en Off-
 
Las siguientes líneas son un intento por pensar una exposición desde las problemáticas representacionales que la actuación plantea. Parto de una pregunta: ¿Qué papel juega la ficción en la obra de Francis Alys?
 
Francis Alys nos presenta una exposición dividida en dos partes, conectada por un rastro de pintura. Me parece muy interesante (perdón por el adjetivo) que la primera exposición se llame “Relato de una negociación”, pienso que hace alusión al trato que se establece entre producción de ficción y documentación de la realidad.
A mi parecer, en ambas exposiciones Alys y sus colaboradores toman una serie de decisiones, contradictorias entre sí, en términos de ficción, que me perturbaron enormemente y sobre las que pretendo alertar a la comunidad internacional.

Tomo como ejemplo una pieza anterior que ilustra de manera muy clara lo que quiero decir: Painting/Retoque (http://www.francisalys.com/public/painting.html):

Se nos presenta al artista coloreando una de las 60 líneas que pintó en una calle de Panamá. Mediante una serie de inexplicables cortes el artista nos presenta una supuesta unidad de tiempo, al presentar un audio continuo entre planos. Es obvio el artificio: al utilizar un audio para “ayudar a pegar” dos planos, obtenemos una percepción lineal y continua del tiempo del video.
La acción se nos presenta sin su tiempo original y con una música que se supone está sonando en ese lugar, es decir, que se nos pretende hacer creer que el tiempo es uno que no es. ¿Con qué objeto se altera el tiempo de esa manera? ¿Qué gana la documentación con esta supuesta unidad de tiempo? ¿Qué gana con la rolita caribeña que le metieron de fondo? ¿Se pretende que los espectadores no nos demos cuenta de que se altera? ¿Desde qué punto de vista se nos presenta lo que se nos presenta?
No es, por supuesto, que el uso de ciertos recursos esté mal, ni mucho menos. Simplemente se nos anuncia el registro de una acción y lo que vemos es un video que usa una serie de alteraciones que replican los mecanismos mediante los cuáles la realidad nos es presentada por los medios de comunicación o por las películas más convencionales. ¿Qué gana un registro que ficciona la acción que pretende registrar? ¿Qué gana la acción? 
 
Sec 3. Int. Museo Tamayo. Día. La exposición es recorrida por cientos de visitantes, entre los que destacan muchos jóvenes. La cámara se detiene en sus expresiones y reacciones. De vez en cuando observamos a Gabriel cruzar el cuadro, con una gabardina negra y libreta en mano.
 
 
Gabriel Voz en Off-
 
El proyecto Gibraltar tiene salidas varias: mapas, objetos, fotos y videos.
Pensemos en el video de las dos televisiones en el estrecho de Gibraltar. Este video de 2008, es prístino en la información que nos da. Hay un tratamiento no ficcional en estos videos: una televisión nos muestra España viendo hacia Marruecos y la otra Marruecos viendo a España, pero en este caso el artista tiene el cuidado de mostrarnos la hora en la que las tomas fueron realizadas, así que nos enteramos que no asistimos a eventos simultáneos. Entendemos el desfase temporal que hay entre las tomas y, en mi caso, esto detona una serie de reflexiones que me interesaron mucho: ¿cómo se mide el tiempo para los que ven de un lado y cómo para los del otro? ¿qué pasaba en un lado mientras se nos muestra el otro? ¿cuánto tarda un artista en cruzar una frontera? ¿cuánto una persona en una balsa?
 
En el segundo video se busca construir un puente metafórico: en una pantalla una fila de niños sale de África y se interna en el mar; en la otra una fila de niños desde Europa se interna en el mar con rumbo a África. En este caso el registro de uno y otro nos muestra a los niños entrando en el mar en repetidas ocasiones, la cámara los acompaña hasta que se sumerge, una y otra vez. Se nos específica la fecha de cada uno. A mi parecer este video tiene su interés en la metáfora de un posible encuentro entre los niños de ambos continentes. El video es lindo, omite algunos datos, como la hora en la que cada grupo entra al mar, pero suponemos que es así porque no se apela a que se encuentren los niños, sino a la metáfora de un posible, aunque no probable, encuentro. Debo admitir que me pareció un poco cursi.
 
El proyecto anterior tiene su origen en una “acción” que el artista realizó en Cuba y Estados Unidos simultáneamente y cuyo video se nos muestra en la siguiente sala.
 
Alys convocó a los pescadores de los puertos más cercanos entre los dos países y les pidió que amarraran sus embarcaciones para construir un puente efímero entre ambos. Creo que no les dijo a los unos que los otros lo estaban haciendo a la misma hora y en dirección opuesta, pero eso es lo de menos. Lo que me interesa es la elección de la forma en la que se nos presenta el registro de esa acción: la decisión formal más evidente es la de cortar la pantalla y dejar una franja negra, a la izquierda en un caso y a la derecha en otro (hagan sus apuestas sobre de qué lado queda la imagen de qué país) en la cual colocan la bandera correspondiente para que entendamos de que lado del Caribe nos encontramos. A partir de ahí nos enfrentamos a un popurrí de ideas que hacen las veces de registro: desde a una curadora hablando con los pescadores cubanos, planos de los botes y el mar, las bellezas naturales de uno y otro lado, hasta las reflexiones de los participantes. La información se organiza a manera de thriller en la que se pretende, o al menos me parece que se pretende, crear tensión: no sabemos si lograrán o no crear el puente. El recurso que más me conmovió fue la manera en la que nos hacen participes de una llamada telefónica entre el encargado del proyecto en Miami y el artista en Cuba, asistimos, como en cualquier película de Hollywood, a una conversación simultánea en la que oímos el audio de ambos y vemos la imagen de ambos alternativamente. Más allá de la acción que se pretendió hacer, no deja de sorprenderme la ¿ingenuidad? mediante la que se nos presenta el registro.
 
Los videos de Alys que me parecen más convincentes, son los que conllevan un punto de vista claro, son en los que la cámara funciona como medio para dotar de sentido la acción que se realiza. El registro es la acción en sí misma. Así el proyecto de los tornados, que me pareció de una belleza enorme, funciona de manera muy contundente, ya que el registro es la acción en sí misma. Me pareció maravilloso. En estos videos podemos distinguir alteraciones mínimas: la modulación de la intensidad del sonido y la inserción de cuadros de color, pero que consiguen que el registro sea irrebatible. Asistimos a algo excepcional y lo que vemos funciona de manera muy poderosa.
 
El texto que acompaña la pieza me confundió un poco ¿quién escribe el texto de una exposición? ¿el curador? ¿los directivos del museo? ¿los artistas? Así como en la actuación más tradicional en la que los actores decimos palabras de otros pero somos enteramente responsables de ellas, supongo, que los artistas son responsables de los textos que vaya a usted a saber quien puso como introducción a sus piezas:
 
…  el proyecto Tornado (2000-2010) se transformó progresivamente en una meditación sobre la crisis social de su país huésped: México; abrumado por la desigualdad y la violencia que trajo el fiasco del proyecto neoliberal. Una vez que la llamada “guerra al narcotráfico” lanzada por el gobierno de Felipe Calderón en 2006, arrojó montañas de cadáveres contados en más de cien mil, la acción de perseguir tornados se convirtió en un acto privado de exorcismo…
 
Suponemos que quien escribió el texto y el artista, coinciden en este “diagnóstico” del país y en que el proyecto durante seis años fue una cosa y durante los últimos cuatro fue otra. Me llama la atención lo reduccionista del texto, la manera en que encasilla lo que como experiencia es rotundo.
 
Sec 4. Int. Museo Tamayo. Día. Vemos los videos de los que se habla, entrecortados. Escuchamos un audio del jardín de niños que está frente a la casa donde el artista se hospedó después de probar las tortas de “La Texcocana”, que todo mundo sabe, fueron las consentidas de Ávila Camacho.
 
 
Gabriel Voz en Off-
 
Ahora pasemos a las piezas de los niños: Juego de niños #7, Juego de niños #13 y otras.
 
¿De qué tratan estos videos? En ellos se nos presenta a niños haciendo una actividad que parece ligada a cierto placer, son actividades que tienen que ver con el ocio o el juego (como su título indica). Pero ¿qué vemos en estos videos? ¿vemos a niños realizando una actividad espontánea? No siempre ¿Vemos a niños disfrutando lo que hacen? No siempre.
Asistimos, excepto en uno, a la representación de una acción en condiciones artificiales, es decir, vemos a niños haciendo como que hacen.
Una definición básica de actuación podría ser: reaccionar a estímulos ficticios como si fueran verdaderos. Y a eso es justamente a lo que asistimos en varios de los videos, a personas reaccionando bajo ese esquema. Alguien crea una situación para ser registrada con una intención específica.
El falso placer que observamos en el video de Oaxaca, el más triste de todos a mi parecer, aunado a los procedimientos ficcionales que usa el artista para mostrar una acción (alteraciones del tiempo y falsa idea de continuidad), me sonrojaron. El más claro de estos videos, o el menos confuso ya entrando en gastos, es el de los niños en Afganistán, en el que a pesar de los cortes y el uso del sonido, el punto de vista es más o menos claro: el del turista. Cuestión que como todo el mundo sabe Alys ha asumido siempre. Pero ¿Qué nos quieren mostrar y qué nos muestran esos videos?
Siguiendo con los infantes llegamos a Reel unreal.
 
Este cortometraje cumple todos y cada uno de los preceptos de la ficción: una situación creada, locaciones escogidas, vestuario, utilería, personajes, etc.
Hay una clara puesta en cámara, ésta se posiciona y los personajes entran a cuadro, siguiendo de manera, más o menos coherente cierta gramática cinematográfica, tienen emociones en momentos específicos etc. Más allá de la anécdota que da “sentido” al video, en términos de lo que vemos, no consigue crear nada idea más allá de una ficción tradicional.
Es muy clara la influencia de Kiarostami, pero en términos de lenguaje, no alcanzo a distinguir nada claro. En resumen, el cortometraje es efectista (Afaganistán nos impresiona) y básico (en términos de lenguaje y ficción).
 
Sec 5. Int Museo Tamayo día. Vemos a la taquillera vendiendo boletos. Observamos a los guardias y a las personas de intendencia. Planos largos y estáticos.

 
Gabriel Voz en Off-
 
Una de las piezas más conflictivas y aburridas de la exposición es “Artista de guerra”. Esta categoría no la inventa Francis Alys, de hecho se puede encontrar en Wikipedia la relación de todos los artistas que han trabajado bajo este programa del ejército Británico, que según esa misma fuente, ha comisionado desde hace varias décadas a artistas para que produzcan piezas durante la guerra. Supongo, porque la verdad no tengo idea,  que se les comisiona para que produzcan objetos, no para que reflexionen sobre la guerra sino para que produzcan cosas. Es decir que el imperio Británico además de…  ¿por qué entró a esa guerra Inglaterra? ¿un artista de guerra no forma parte de alguna manera de la maquinaria de guerra que lo alimenta, protege y traslada durante la misma?
 
El texto de la exposición ahora en primera persona nos dice:
 
La adrenalina es la droga psicodélica más antigua conocida por la humanidad. En mayo de 2013 acompañé como artista de guerra a las tropas británicas de Afganistán. Al involucrarme en una situación de riesgo, pretendía investigar si exponerme al peligro alteraría mis sentidos y provocaría una respuesta diferente en el campo de la representación.
 
Hablando en plata ¿no es una mamada lo de la adrenalina? ¿ir a sentir adrenalina? ¿viendo a personas morir? ¿oyendo bombas? ¿cruzando los dedos para ver algo espantoso que genere la ansiada descarga de adrenalina? En fin, por lo visto el “fiasco neoliberal”: solo aplica en territorio nacional o no comprende la guerra dentro su esquema.
 
Pero mi crítica no es sobre la ética de este señor, que tanto dolor me ha causado, sino sobre todo, sobre su manera de registrar lo que hace, así que sigamos el rastro de pintura y atravesemos Polanco, sin tanta adrenalina, para ir a la SAPS.
 
Sec 6. Ext Polanco día. Una serie de tomas inter cortadas nos muestran los dos mundos que habitan esta zona de la ciudad: la opulencia y la miseria. Las imágenes van mostrando estas dos caras de la misma moneda a la vez que un travelling que poco a poco se acerca a la SAPS.




Gabriel Voz en Off-
 
“Hotel Juárez”, esta exposición se nos presenta como una reflexión sobre Ciudad Juárez, en la que el artista va y crea una “poética” sobre las condiciones existentes en  aquella ciudad.
Nadie, que haya estado en Juárez, puede dudar del deterioro que la ciudad ha sufrido, los niveles de violencia e impunidad alcanzados en esa región son excepcionales. El éxodo de personas como consecuencia de la violencia, los feminicidios y la intensa pelea por “la plaza” vulneraron y vulneran la vida cotidiana de los juarenses.
Pero tampoco nadie que haya estado en Juárez puede pretender que Juárez es solo eso.
La exposición de Francis Alys perpetúa una visión ya establecida de ese lugar. ¿A quién le sirve esta reflexión? ¿qué nos dice que no esté en la prensa? ¿una poética? ¿con quién quiere dialogar esta exposición? y sobre todo ¿qué calidad de diálogo establece?
 
Se propone un cruce, que no alcanzo a entender, entre los espacios ociosos en Juárez y las instituciones de exhibición de arte, creo. Aquí les comparto el texto; sálvese quien pueda:
 
Hotel Juárez da título a esta muestra; surge del posible desplazamiento de las áreas abandonadas de Ciudad Juárez hacia la SAPS; el hotel, una de las pocas propiedades históricas que sobrevivieron a la destrucción de la ciudad, ha sido puesto en venta recientemente. Alys retoma el gesto que nació en Ciudad Juarez, para complejizar el entramado institucional de los museos de México.
 
¿Complejizar el entramado institucional de los museos en México? ¿posible desplazamiento? ¿colgando un cartel de “se vende”? ¿a cuál gesto se refiere el texto?
 
En la exposición hay dos videos:
 
Juegos de niños #15: este video de los niños es a mi parecer lo peor de las dos exposiciones. Alys lleva a varios niños a uno de los muchos complejos habitacionales abandonados que hay en Juárez y los pone a “jugar” a aniquilarse con la luz de unos pequeños espejos. ¿Es por que son de Juárez que deben jugar a matarse? Pero lo que me interesa de la pieza es el video que se nos presenta: los niños en repetidas ocasiones deslumbran a la cámara, y posteriormente vemos a un niño cayendo al piso. Es decir, se nos hace creer que el deslumbramiento a la cámara corresponde al punto de vista de un niño. El hecho de que entre las instrucciones de Alys esté el que los niños deslumbren al lente de la cámara y que después eso se nos muestre como una suerte de causa y efecto, nos deja entrever que ese “juego” no es tan divertido para los niños; porque deslumbrar a alguien está chistoso, pero tirarle a una cámara… no tanto. No están jugando, están accionando para que el artista tenga un video. Al final Alys cierra con un detalle digno de Bisbirije y nos presenta los nombres, de pila, de los niños para no dejarlos en el anonimato… En fin.
 
El estimado Francis Alys (artista excepcional por donde se le mire) pasó de generar una reflexión sobre …. (no soy yo quien deba decir lo que tantos han dicho mejor) a poetizar sobre… 
 
En el video de la bola de fuego, vemos a Francis Alys pateando una pelota incendiada por las calles de Ciudad Juárez. Los procedimientos de “documentación”, van desde que la cámara lo espere en su entrada a cuadro, hasta que el sonido de un tren se pase de una toma a otra. Es como empujar el hielo pero en llamas, con mucho peligro. He escuchado comentarios sobre que la acción es muy poética y hasta vandálica, a mi parecer es una imagen muy linda, pero no alcanzo a encontrar la reflexión que hace, el punto de vista que adopta.

Los medios de Alys corresponden a la ficción. Y como dice mi maestro: los medios te determinan más y mejor que los fines que profesas. Si tomamos la obra de Alys como ficción, podemos preguntarnos: ¿A qué narrativas aportan sus creaciones?
 
A mi parecer, casi todas apoyan una estética «políticamente segura». Es decir, “problematiza” un territorio conflictivo tratando de ahondar en lo que ya sabe cualquier lector del periódico El País o El Reforma: Juárez es violento y quedó deshabitado después de la “larga noche”, Cuba y EUA están incomunicados a pesar de estar tan cerca, al igual que Marruecos… y así nos seguimos.
Un arte que toca temas desde la seguridad de lo aceptado. Creación de ficción sin asumir las consecuencias de esa creación, porque, mis queridos amiguitos, hacer ficción es producir realidad.
 
Sec 7.Exterior montañas. Día. Vemos a Gabriel Rodríguez caminando rumbo al horizonte, una mujer a lo lejos se acerca a su encuentro. Vemos la manera en la que se encuentran. Un flair, ¿se escribe así?, sobre el lente acompaña el abrazo de los personajes.
 
Voz en off mujer- Siempre tuviste toda la razón, todos estaban equivocados, yo también me equivoqué. Nadie se salvó de cometer errores, sólo tú. Te amo.
 
 
 
 
 
 
Fundido a negros.
 
¿Alguien sabe cómo ponerle los puntitos a la y griega? 
 
 
Créditos finales.
 
 
 
Gabino Rodríguez.

 
(Nada es mío, todo es robado)

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