Ataturk/Erdogan/2016

Estoy en el aeropuerto de Estambul.
Dijeron en las noticias que hace 2 ó 3 ó 4 semanas hubo un atentado terrorista, así dijeron. Que quedaron un montón de muertos en el piso.
En la computadora, ¿en dónde si no?, vi un video en el que un policía agazapado le dispara a un hombre armado. Éste cae al suelo y el rifle que trae en las manos cae y se desliza hacía afuera de cuadro. Entonces el policía se acerca al hombre herido, tirado y desarmado. Parece que se dicen algo. El herido en el suelo y el policía de pie apuntándole con una pistola.
Inesperadamente, el policía, que parecía en control de la situación, sale corriendo despavorido hacia afuera de cuadro, en la misma dirección en la que salió deslizado el rifle. El hombre tirado, herido, queda sólo en el centro del cuadro, 2 ó 3 ó 4 segundos y estalla. Todo se cubre de fuego.
Los atentados del aeropuerto de Ataturk, el más grande de Turquía, generaron una extraña conmoción. Se contaron — víctimas mortales y — personas heridas. ISIS se atribuyó el atentado.
La reacción del presidente Erdogan fue peculiar. Minimizó los eventos y continuó con su agenda como si tal cosa. No se había terminado de limpiar el lugar y el ya inauguraba una presa.
Hoy la sensación en el aeropuerto de Estambul es de completa normalidad y hay algo de eso que da miedo. La normalización del terror, el saber que hay lugares donde esas cosas pasan y seguirán pasando, el saber que así es el mundo en el que nos tocó vivir.
Con un mes de diferencia ella y yo pasamos por este aeropuerto. Ella antes de los atentados y yo después. Me contó que mientras esperaba su salida un niño pequeño la había despertado. A mi me despertaron dos niñas pequeñas, hermanas. Tenían toda la cara quemada y las manitas también. Una de ellas no tenía pelo en la coronilla por las cicatrices. Ni el papá ni la mamá tenían quemaduras.
Ya en el avión , mientras camino rumbo al baño, me encuentro con dos mujeres a las que había visto en la sala de espera, cerca de las niñas. Ambas vestían túnicas negras y un velo, también negro, que solo dejaba al descubierto sus ojos ¿burka?
El avión está oscuro y yo camino rumbo al fondo del avión agarrándome de los asientos, veo a las dos mujeres sentadas y cuando estoy frente a ellas, a una la miró a los ojos y ella también me ve, volteo a ver a la otra que duerme con un antifaz de Turkish Airlines que le tapa los ojos.
2 ó 3 ó 4 semanas después un intento golpe de estado paralizó el aeropuerto de Ataturk.
¿Qué clase de niños habrán deambulado en la sala de espera aquella noche?