La pintora que intentó engañar a los pájaros

 

(Autorretrato de Katarina Ivanović en el Museo Nacional de Serbia)

Es muy conocido lo que cuenta Plinio en su Historia Natural: dos pintores se batieron en una competencia para determinar cuál de los dos era el artista cuyo cuadro se acercaba más a la realidad. El primero develó una pintura en la que aparecían unas uvas tan bien pintadas que los pájaros se abalanzaron sobre el lienzo intentando comerlas. Muy satisfecho de lo que había producido su cuadro, éste pidió al segundo pintor que retirara la tela que cubría su lienzo y sólo entonces se dio cuenta de que lo que éste había pintado era una tela.
 

Pero menos conocida es la fascinación que este relato causó en la pintora Katarina Ivanović , la manera en que esa historia determinó su vida. Katarina (1811-1882) nació en Veszprém cuando formaba parte del imperio Austriaco. Vivió en Belgrado, Budapest, Zagreb y París.

Es considerada la primera pintora Serbia y ampliamente reconocida por sus autorretratos y bodegones, pero un aspecto de su obra menos conocido, y más misterioso, fue su devoción por pintar uvas.
Durante casi toda su carrera sus cuadros están llenos de uvas, uvas que conforme pasan los años pretenden ser lo más realistas posibles. Su ama de llaves cuenta que Katarina pintaba en el jardín y que una vez que acababa los lienzos, los dejaba al descubierto y los observaba a una distancia prudente, con la esperanza de engañar a algún pájaro.



              (Katarina Ivanović, «Italijanski vinogradar», 1842. Museo Nacional de Serbia)

 

 

 

 

 

  (Detalles de varios lienzos de Katarina Ivanović. Museo Nacional de Serbia)

 

 

 

 

Lázaro G. Rodríguez 

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