UN RECORRIDO POR UN PROYECTO
No sufrimos únicamente a causa de los vivos, sino también a causa de los muertos. Porque los muertos se apoderan de los vivos.
Karl Marx.
El pasado está en su presente, así como también el provenir.
Jorge Luis Borges
1.
La película “El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado” fue un proyecto que se intentó realizar en 2018. Ese año se cumplían 50 años del movimiento de 1968 y había una inquietud grande por pensar esa herencia. La película se insertaba dentro de esa coyuntura, pero no se realizó.
2.
En 2018 el mundo atravesaba por un momento extraño: Donald Trump gobernaba los Estados Unidos. Irak y Siria se enfrentaban a complejos horizontes después de la derrota territorial del Estado Islámico. La economía de China seguía creciendo y se esperaba un periodo de reformas (ya sabemos en qué acabó). La Venezuela de Nicolás Maduro enfrentaba tensiones cada vez mayores. El Brexit entraba en vigor y la extrema derecha tenía un impulso importante en occidente. A 10 años de la crisis de 2008, no se preveían recesiones económicas importantes. Los drones comerciales se popularizaban cada vez más, al igual que los carros sin conductor y la inteligencia artificial. El cáncer seguía siendo una enfermedad común.
En México era año de elecciones presidenciales. El año anterior había sido el más violento en la historia reciente del país. Se contaron 29 mil 168 homicidios dolosos, y el 2018 no pintaba mejor. La contienda electoral era percibida con un desánimo enorme, la impunidad en el país se había vuelto escandalosa y no parecía que hubiera ningún proyecto de transformación “real” en el horizonte.
3.
En 2018 Enrique Peña Nieto del PRI gobernaba México.
Seis años antes, ante el inminente regreso de ese partido a la presidencia, había nacido el movimiento #Yosoy132. El movimiento había denunciado que el candidato de ese partido, Enrique Peña Nieto, había sido apoyado por los medios masivos de comunicación y había exigido la democratización de los medios y un tercer debate entre los candidatos a la presidencia. La imposición del candidato del PRI había sido percibida como el enemigo a vencer.
Nosotros participamos de ese movimiento y hubo marchas realmente multitudinarias, fue un momento muy emocionante. La marcha del 10 de junio tuvo cerca de 100 mil personas. Sentíamos que las cosas podían cambiar, en que había una organización ciudadana que iba a transformar la realidad.
Al final el PRI regresó a la presidencia y el movimiento se disolvió. No nos quedó nada más que la indignación (…) En esa época pensábamos mucho en el 68 y no nos podíamos sacar de la cabeza la frase de Marx: la historia sucede dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa.
Lagartijas tiradas al sol. (Mayo-octubre 2018)
Años después, en 2018, quisieron hacer una película bajo la premisa de que “lo que se puede actuar se puede pensar y, eventualmente, se puede vivir”. La película retrataría a tres personajes que planean una serie de crímenes mientras intentan transformar su manera de sentir la política, el amor, la amistad, el valor y el miedo. La película era un ajuste de cuentas con 1968 a través de la ficción.
4.
En mayo de 1968, en México no pasó nada o casi nada.
México iba a ser la sede de los XIX Juegos Olímpicos que se llevarían a cabo en octubre, en ese momento el país atravesaba un periodo de crecimiento económico y ensanchamiento de las clases medias, pero el malestar por la falta de libertades y perspectivas democráticas era cada vez mayor. El país no era una isla y poco a poco se comenzó a respirar la influencia de la primavera de Praga, el mayo de París y las manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam
Fue a finales de julio cuando una serie de eventos represivos del gobierno en contra de estudiantes, provocaron una ola de indignación que poco a poco se fue organizando y conformó el movimiento estudiantil.
Ya en agosto estaban en huelga casi todas las escuelas preparatorias, la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional. Los enfrentamientos se volvieron constantes, el ejército estaba en las calles. Se conformó el Consejo Nacional de Huelga CNH, que propuso un pliego petitorio de seis puntos para poner fin a la huelga estudiantil y acabar con el conflicto.
El movimiento era fundamentalmente estudiantil y aunque hubo intentos por crear sinergia con los obreros y los campesinos, esto prácticamente no sucedió. Pero las demandas del movimiento no eran académicas sino políticas e incluían reformas a la Constitución.
Las manifestaciones comenzaron a crecer 100 mil, 200 mil , 300 mil personas.
“No quisiéramos tomar medidas que no deseamos, pero que tomaremos si es necesario”
Gustavo Díaz Ordaz (Presidente de México)
El día 2 de octubre en la plaza de las 3 culturas, en Tlatelolco, se reunieron miles de personas en un mitin que fue violentamente disuelto. El ejército y el Batallón Olimpia sitiaron la plaza y atacaron a la multitud desarmada. Se presume que esa tarde hubo entre 300 y 400 muertos. Además de un número indeterminado de heridos, presos y desaparecidos.
El 12 de octubre, los juegos olímpicos arrancaron. Al iniciar la ceremonia de inauguración apareció en el tablero electrónico del estadio olímpico la frase «Ofrecemos y deseamos amistad con todos los pueblos de la tierra». Se soltaron al aire diez mil palomas blancas y cuarenta mil globos.
5.
El movimiento estudiantil de 1968 en México quedó marcado por su final: la brutal represión del gobierno. El movimiento se convirtió en un símbolo de pureza y rectitud, se cristalizó la imagen del mártir, se solidificó la idea.
Para nosotros en 2018 era imposible imaginar cualquier proyecto de transformación social que no estuviera en función de 1968. Era el referente absoluto, y es bien sabido que es difícil negociar con los santos. Nuestra pregunta era: ¿cómo lidiar con esa herencia?
Hoy, en mayo de 2048, a 30 años de distancia, queremos recordar esa película que no se acabó de lograr. Hoy, a 80 años del movimiento del 68, queremos recordar que el pasado no existe; recordar que ni siquiera es pasado.
Lagartijas tiradas al sol. Mayo 2048