Desde niños en nuestras casas
nos enseñaron a llamarles «gusanos»
eso era lo normal y nadie torcía la boca.
Hoy los abuelos les dicen a sus nietos
que hay que ser solidarios
con esas otras personas, que en otros lados
están cruzando el mar,
les enseñan a llamarlos «refugiados».
Le pido amable lector que encuentre las cinco diferencias
(y mucho ojo con la foto que está repetida).









Gabino Rodríguez.